Alfred Nobel

Químico, inventor, estupendo administrador, reformista social.

“Pronto podría y debería ocurrir que todos los estados se comprometieran colectivamente a atacar a un agresor. Esto haría imposible la guerra, y obligaría incluso a la potencia más brutal e irracional a apelar a un Tribunal Arbitral, o bien a callarse".

Salud

Alfred Nobel no gozaba de una buena salud la mayor parte de su vida; sufría de dolores de cabeza e indigestión. Experimentó con diferentes tipos de alimentos y se volvió vegetariano. Muy a menudo se sentía desganado. Ya de joven pasaba semanas en balnearios; en 1854 se alojó en un balneario de Franzenbad en Bohemia. Los balnearios le parecían aburridos por la falta de actividad. El tratamiento médico en los balnearios consistía en bañarse, descansar y beber agua de pozo.

Nobel trabajó mucho tiempo en su laboratorio con sustancias químicas tóxicas en condiciones precarias. Además, él mismo se encargaba de la correspondencia con las fábricas, los bancos y los colaboradores. El hecho de tener laboratorios y fábricas en muchos países hizo que Nobel viajara mucho. Nobel dijo: “Mi hogar está donde trabajo, y yo trabajo en todo lugar”.

Nobel tuvo que lidiar con accidentes en sus fábricas y, en consecuencia, con la publicidad negativa. Poseía más de 355 patentes en muchos países. Hubo infracciones de sus patentes. Asimismo, tuvo que ocuparse de los aspectos legales de su trabajo.

Hacia el final de su vida, Alfred Nobel padecía de dolor torácico intermitente debido a una dolencia cardíaca (angina de pecho). En 1890, los médicos de Nobel le prescribieron nitroglicerina para su enfermedad cardíaca; Nobel rechazó el medicamento. En una carta a su asistente Ragnar Sohlman el 25 de octubre de 1896, Nobel escribió: “¿No es una ironía del destino que me hayan recetado Nitroglicerina, para tomarla internamente? Lo llaman Trinitrina para no asustar al químico y al público”.

Nobel fue increíblemente perseverante a pesar de sus problemas de salud física y del estrés mental. Él estaba muy pegado a su madre, pero ella vivía en otro país, Suecia. Él no se casó y, por lo tanto, no tuvo su propia familia. Estaba orientado espiritualmente, siendo miembro de la iglesia. Nobel escribió a la esposa de su hermano: “Qué contraste entre nosotros. Tú vives una vida cálida y brillante, rodeada de seres queridos a los que cuidas y que te cuidan. Estás anclada en la satisfacción. Voy a la deriva sin timón ni brújula, un naufragio en el mar de la vida. No tengo recuerdos que me animen, ni agradables ilusiones de futuro que me reconforten, ni sobre mí que satisfagan mi vanidad. No tengo familia que me proporcione la única clase de supervivencia que nos concierne, ni amigos para el sano desarrollo de mis afectos, ni enemigos para mi malicia”.

Hacia el final de su vida, se sentía más animado; y planeó reducir sus actividades y regresar a su país, Suecia.

Alfred Nobel falleció por una persistente dolencia cardíaca y a un ataque de apoplejía a las 2 de la madrugada del 10 de diciembre de 1896. Para entonces ya habían fallecido sus padres y todos sus hermanos, dos mayores y uno menor. Cuando falleció, en la casa, sólo estaban con él sus criados, que no le entendían cuando hablaba en sueco.

Referencia: Ragnar Sohlman, asistente de Alfred Nobel y ejecutor de su testamento.

“One comes to be of just such stuff as that on which the mind is set” - Maithri Upanishath, VI.34:3

“…the peace that is found in libraries and laboratories…” - Louis Pasteur

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